martes, 29 de noviembre de 2011

COSMOVISIÓN MAYA

Los mayas creían que todo lo que Dios (o el Primer Padre) hacía estaba escrito en las estrellas para que los hombres pudieran leerlo. Creían que en total el cielo tenía trece pisos y daba hospedaje a los astros y a algunos animales solares, como los venados y las aves de colorido plumaje. 

Los mayas imaginaron la tierra como un enorme cocodrilo sobre el que los hombres de la cuarta creación nos desplazamos sin saberlo y en cuyo dorso nace la vegetación que hoy conocemos: los bosques, las selvas, los desiertos y las tundras. Encima de este cocodrilo habitaron los antiguos mayas y construyeron los hermosos palacios y edificios para sus dioses de acuerdo con los movimientos celestes que el Primer Padre imprimió al cielo el día de la creación.

Bajo este cocodrilo se hallaba el inframundo, dividido, como el infierno de Dante, en nueve pisos, en cuya parte inferior se encontraba el Reino de Xibalbá. En el inframundo vivían los muertos en compañía de los animales nocturnos o peligrosos, como los murciélagos, los búhos y los jaguares, y ciertas deidades conocidas como Bolontikú.

Así creían los mayas antiguos que estaba construido nuestro mundo.



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